jueves, 12 de mayo de 2011

TERRORISTAS

Una generación se educó con Pokémon. Pasábamos horas haciendo luchar a “animalitos” hasta debilitarlos (no morían). ¿Era una salvajada? Resulta que ahora, esa generación no se dedica a hacer pelear a animalitos. Es más, los taurinos tienen una edad más avanzada que los entrenadores de pikachus.

Ni nosotros, con once años, en un videojuego, llegábamos a matar a los pokémon. Ni tampoco obviábamos el hecho de que en un combate, tenía tanta razón cualquier de los dos combatientes. Tanto yo, como mi enemigo. Yo quería ganar. Y mis ganas y ansias de ganar tenían la misma legitimidad que la del adversario.

Estados Unidos hace décadas se dedicó a armar a los futuros Bin Ladens, pensando que así combatirían mejor a Rusia, y ahora se quejan, se quejan de que esos niños que armaron y a los que dejaron huérfanos, se rebelen y les ataquen. Y en América se preguntan: “¿Pero qué hacen estos musulmanes? ¿Cómo se les ocurre combatir nuestro imperialismo unilateral que sólo busca reportarnos beneficios a nosotros? ¡Incoherentes!”

La anécdota que retrara este caso, es la encuesta realizada en la CNN americana, poco después de asesinar a Osama, preguntando: ¿El asesinato de Bin Laden está dentro de las leyes del derecho internacional? Un 80 y pico largo por ciento decían que sí.

Cuando en un mundo, la mayoría tiene la opción de decidir qué hacer en todos los aspectos, mal vamos. Y este ha sido el mejor ejemplo: ¿Qué demonios sabía ese 80 y pico largo por ciento sobre derecho internacional? Aquí todos sabemos de todo, y nos creemos con la capacidad de tomar parte en decisiones que nunca se deberían dejar en nuestra mano.

¿Cuánto le duró la careta al Yes We Can? Iba a quitar Guantánamo, pero lo usó para saber la guarida de Osama, que listo Obama. Nos contaba historias de la paz mundial, pero sigue en guerra por el petróleo. ¿Diferencias con Bush? Bush era un terrorista declarado, y este anula a una parte de la población para que no proteste. Bush hizo una ley anticonstitucional como la Patriot Act, y este intenta hacer otra ley anticonstitucional como la “del seguro médico público” (la cual nunca avanzará dado que en la constitución americana se prohíbe obligar a nadie por la fuerza a contratar ningún seguro).

Obama utiliza la muerte de Bin Laden para ganar popularidad ahora que cae en las encuestas más rápido que el déficit sube; utiliza la ideología de su antecesor, esa guerra contra el terrorismo, primero posicionándose en contra para llegar al poder, y ahora a favor para mantenerse.

Se leía por twitter: “Si te mata un Nobel de la Paz, muy malo has tenido que ser”. No amigos. Si te mata un Nobel de la Paz, muy malos han tenido que ser los suecos al otorgarlo.


Me olvido de mencionar al otro terrorista, ese que han asesinado. Un asesinato que hasta el Vaticano criticó. Ese asesinato que hace que Obama diga perlas como que “Ahora el mundo es un lugar más seguro”, y declare la alerta máxima al minuto siguiente, por peligro de represalias; o esa otra perla de “Quien piense que está mal el asesinato de Bin Laden está mal de la cabeza”. Me recuerda a aquella frase: “O estais conmigo, o contra mí”, sí, de Bush Junior.

Para terminar, narraré la historia del maestro Zen que escuché en su día en la película La Guerra de Charlie Wilson.
Un niño en un pueblo de oriente próximo se quedó sin una pierna. Todo el mundo dijo: “Qué pena”. El maestro dijo: “Ya veremos”. Como el niño no tenía pierna le regalaron un camello. Todo el mundo dijo: “Qué bien”. El maestro dijo: “Ya veremos”. El niño al tener camello, lo atracaron para robarle el camello y sus pertenencias, y le dieron una paliza. Todo el mundo dijo: “Qué pena”. El maestro dijo: “Ya veremos”. Al estar tan mal, el niño pudo librarse de ir a combatir y se quedó en el pueblo. Todo el mundo dijo: “Qué bien”.

Han asesinado a Bin Laden. Todo el mundo ha dicho “Qué bien”.

Ya veremos.

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